Historia de la chaqueta de cera

La historia de las chaquetas enceradas se remonta al siglo XIX, cuando los marineros escoceses buscaban maneras de protegerse de las inclemencias del tiempo en el mar. Descubrieron que recubrir sus velas con aceite de pescado ayudaba a impermeabilizarlas y a aumentar su aerodinámica. Este proceso, conocido como "aceitado", se realizaba para proteger las velas de las inclemencias del tiempo que encontraban en sus viajes. Los marineros observaron que, cuando las velas estaban mojadas, eran más lisas, a pesar del peso añadido y la velocidad reducida. Comenzaron a experimentar con el uso de aceite de pescado para impermeabilizar también su ropa.

Con el tiempo, el aceite de pescado fue reemplazado por aceite de linaza, un subproducto del lino importado que se utilizaba en la industria textil escocesa. El aceite de linaza demostró ser una solución más duradera, y los restos de velas viejas que habían llegado al final de su vida útil se reutilizaron para fabricar capas y sombreros impermeables para los marineros. Estas capas de aceite de linaza debían reaplicarse con regularidad y amarilleaban con el tiempo, razón por la cual el amarillo todavía se asocia con la ropa marinera.

En el siglo XIX, el uso de velas de algodón en los barcos se popularizó, y los marineros comenzaron a experimentar con el uso de telas de algodón, más ligeras y densas, para la confección de ropa. El algodón era menos voluminoso y su tejido denso lo hacía menos poroso, convirtiéndolo en un material ideal para la ropa impermeable.

En la década de 1930, se desarrollaron tratamientos con parafina para tejidos de algodón. Este proceso, llamado "encerado", hacía que la ropa fuera más transpirable y eliminaba la necesidad de reaplicar regularmente aceite de linaza. El tratamiento con parafina tampoco amarilleaba y permitía crear prendas de diferentes colores, no solo el amarillo tradicional.

Durante la Segunda Guerra Mundial, las chaquetas enceradas se popularizaron entre soldados y civiles como una forma de mantenerse secos y abrigados en condiciones de humedad y frío. Muchas empresas comenzaron a producir chaquetas enceradas para el ejército, y el diseño y los materiales utilizados en estas chaquetas evolucionaron con el tiempo para hacerse más duraderas y funcionales.

Hoy en día, las chaquetas enceradas siguen siendo una opción popular para actividades al aire libre como la caza y el senderismo, así como entre quienes trabajan en sectores como la agricultura y la construcción. También se consideran una opción elegante y práctica para el día a día. Muchas marcas de ropa y moda para actividades al aire libre ofrecen chaquetas enceradas en una variedad de estilos y colores, y suelen estar confeccionadas con una combinación de algodón encerado, nailon y poliéster para mayor durabilidad y flexibilidad.